sábado, 7 de febrero de 2009

Roma. Basílica de San Pedro, Campanario, La Tazza D'Oro, Panteón, Trastevere, Rugantino, Teatro di Marcelo, Campidoglio, La Francescana

Nos levantamos como siempre temprano, 8am, un par de tecitos y a caminar para el Vaticano. Estaba lluvioso y frío, a mi se me ocurrió ponerme una camperita que me había comprado en Zara y me estaba congelando.

Tip I: Siempre que subí a monumentos altos, como ser el campanario de la Basílica de San Pedro, La Torre Eiffel, etc., siempre estuvo fresco y ventoso.

La Basílica de San Pedro es la iglesia más grande del mundo. Más allá de no ser católico y estar muy en contra de muchas cosas que hicieron en nombre de quien sabe, la basílica es realmente increible. Sé que el día que vuelva a Roma voy a volver a visitarla.

Como se puede ver en esta foto, las variantes en colores de los mármoles que hay en toda la basílica es incontable. De diferentes tamaños, formas y colores, todo está hecho para ser majestuoso. Hay muchas estatuas de marmol realmente impresionantes, varias representan los sepulcros de los papas, y hay varios papas expuestos.

Empezamos subiendo al campanario (7€ c/u). Primero se llega a una etapa en la que subimos con ascensor, sale creo que 3 euros menos si se evita el ascensor y se sube por escalera, pero depende de las ganas y el cansancio, los escalones parecen montañas. Se pueden ver las cúpulas por dentro, todas hechas con mosaicos, realmente es hermoso.

Se hace por una escalera que va tomando la forma de la cúpula, por ende uno se encuentra caminando inclinado unos 20º hacia la derecha. Sólo pasa una persona ya que tiene una escalera especial para subir y otra para bajar. Hay pequeños lugares para que puedan descansar un poco las personas que no tienen el estado físico o la salud para subir al menos 500 escalones de un tirón. Es una linda experiencia.

Estando arriba uno se congela mucho más que estando debajo, ya que la altura es importante. El lugar es reducido y cuesta poder sacarse fotos o simplemente apreciar todas las vistas que nos da esta altura. Un día soleado podía ser una mejor opción ya que la bruma no dejaba ver más allá de los 2 km.

Una vez de vuelta abajo, con frío pero 3 o 4 grados más, se puede apreciar a la guardia Suiza (considerada por los papas la mejor seguridad que pueden tener) con sus atuendos en colores bastante llamativos.

Con ganas de tomar algo decidimos ir a La Tazza D'Oro (Via degli Orfani, 84). Queda cerca del Panteón y es uno de los mejores lugares para tomar un café italiano.
No logré entender porqué en la mayor parte de los cafés el producto que nunca faltaba era la Donut espolvoreada con azucar. Nos tomamos 2 maxi capuccinos a 4€ con una Donut cada uno otros 4€. También compramos café, el cual lo venden ya al vacío y molido para el tipo de cafetera que uno quiera usar, 2 paquetes de 250gr cuestan 9,80€.

Tip II: El café siempre es mejor comprarlo al vacío
en lugares como este. El que compré en Castroni venía envuelto pero la menor fuga de aroma hizo que toda mi ropa tenga olor a café.

De aquí nos fuimos caminando al Panteón. Algunos puede ser que no reconozcan la magnitud de esta construcción, por lo que recomiendo que intenten razonar como se logró hacer una cúpula de ese diámetro, sin que se caiga.

De aquí nos fuimos caminando a la zona del Trastévere. La zona del trastévere queda un tanto a lejos de la movida cultural, museos y demás, pero es la mejor zona para ir a comer. Caminar por las callecitas de Roma voy a seguir repitiéndolo, es una de las experiencias más reconfortantes para los ciudadanos de metrópolis que carecen de personalidad.

Tip III: Capaz uno sienta que gastar en transporte público de noche para ir a comer al Trastévere no valga la pena, pero les aseguro que una cena mala en un lugar equivocado puede costarles 20€ más que la misma cena en la zona del Trastévere.

Después de recorrer el Trastévere fuimos a comer a la Antica Ostería Rugantino (via della Lungaretta 54). Lugar que no falla con lo que ofrece, comimos por 27€ los dos, unos Penne Salmone (pasta corta con salmón y crema) que estaban de re-chupete, una carne con rúcula salteada (plato típico italiano), unos spaguetti alla carbonara (increíbles) y un pescado con papas al horno muy bueno, a esto sumada la copa de vino, el agua, una panacotta (SUPREMA) y un Flan Caramel (igualito a los nuestros).

Terminado el ágape fuimos caminando hasta el Teatro de Marcelo, una construcción que ya está bastante deteriorada que se la puede visitar por la calle ya que está expuesta a todo el publico sin cobrar entrada.
Caminamos por la plaza del Campidoglio y a la Via Nazionale para hacer el último recorrido romano antes de volver a la GuestHouse.

Nos cambiamos y fuimos a comer a La Francescana (Via Giovanni Pierluigi da Palestrina 11-17), un Ristorante Pizzeria de especialidades toscanas, pescados y horno a leña. Otro de los lugares donde se come bien, comimos por 25€ los dos, aunque era un poco más caro pero nos hicieron precio por ser amigos de Marta. La pasta así como los pescados son inmejorables.
A armar las valijas, que al otro día nos levantábamos tempranito así nos tomábamos el tren a Firenze.

Tip IV: Los trenes son MUY puntuales, por ende hay que llegar al menos 15 minutos antes para lograr encontrar el tren y llegar al vagón/carroza correspondiente.

Tip V: Cuidado, los tickets de trenes son complicados de leer
porque tienen muchos datos diferentes. Si uno confunde el número de carroza, el número de asiento será complicado encontrarlo.


¡La foto me mata!


Esto de poner carteles dentro de los restaurantes es bastante común.


¡Son una chuchería!


Ya lo ví en varios blogs, parece que es furor esa frase.

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